«No light, but rather darkness visible
Mas esas llamas lanzan , no luz,
sino tiniebla visible.»
* Epígrafe, así señalado y traducido por Pessoa
(…)
«—Desde el principio del mundo me insultan y me calumnian. Los mismos poetas —por naturaleza mis enemigos— que me defienden, no me han defendido bien. Uno —un inglés llamado Milton— me hizo perder, con compañeros míos, una batalla indefinida que nunca se libró. Otro —un alemán llamado Goethe— me dio un papel de alcahuete en una tragedia de aldea. Pero yo no soy lo que piensan. Las Iglesias me aborrecen. Los creyentes tiemblan ante mi nombre. Pero tengo, quieran que no, un papel en el mundo. Ni soy el rebelde contra Dios, ni el espíritu que niega. Soy el Dios de la Imaginación, perdido porque no creo.»
La Hora Del Diablo , Fernando Pessoa
Texto íntegro l La Hora Del Diablo , Fernando Pessoa
Edición de Teresa Rita Lopes
Digitalizado por Leche235
Biblioteca-IRC
biblioteca.d2g.com
Scribd.com
Título original: A Hora do Diabo
© Assírio&Alvim
©Herdeiros de Fernando Pessoa (1997)
© Emecé Editores S.A., 2000
Traducción de : Rosa Corgatelli
Álvaro de Campos
II – Ah o crepúsculo, o cair da noite, o acender das luzes nas grandes cidades
¡Ah El crepúsculo al caer la noche, el despertar de las luces en las grandes ciudades.
Y la mano misteriosa que sofoca el bullicio,
y el cansancio de todo en nosotros que nos corrompe
en una sensación exacta y precisa y activa de la Vida!
Cada calle es un canal de una Venecia de tedios
¡Y cuán misterioso es el fondo unánime de las calles,
de las calles al caer la noche!, ¡Oh Cesário Verde!, ¡Oh Maestro!,
¡Oh del «Sentimento de um Ocidental»(*)!
¡Qué profunda inquetud, qué deseo de otras cosas.
Que no son ni países, ni momentos, ni vidas.
Qué deseo tal vez de otros modos y estados de alma
humedece interiormente el instante lento y lejano!
Un horror sonámbulo entre luces que se encienden,
un pavor tierno y líquido, recostado en las esquinas
como un mendigo de sensaciones imposibles
que no sabe quién pudiera dárselas…
Cuando yo muera,
cuando me vaya, innoblemente, como todo el mundo,
por aquel camino cuya idea no puede enfrentarse,
por aquella puerta que, si pudiésemos asomarnos, no nos asomaríamos
para aquel puerto que el capitán del Navío no conoce,
sea justo en esta hora, digna de los tedios que viví,
en esta hora mística y espiritual y antiquísima,
en esta hora en que tal vez, hace mucho más tiempo del que parece,
Platón en sueños vio la idea de Dios
Esculpiendo cuerpo y existencia nítidamente plausible.
Dentro de su pensamiento exteriorizado como un campo.
Sea en esta hora en que me llevéis a enterrar,
En esta hora que yo no sé cómo vivir,
cuando no sé qué sensaciones tener o fingir que tengo,
en esta hora cuya misericordia es torturada y excesiva,
cuyas sombras vienen de cualquier otra cosa que no son las cosas,
cuyo discurrir no roza sus vestiduras en el plano de la Vida Sensible
ni deja perfumes en los caminos de la Mirada.
Cruza las manos sobre las rodillas, o compañera que no tengo ni quiero tener.
Cruza las manos sobre las rodillas y mírame en silencio
a esta hora en que yo no puedo ver que tú me miras,
mírame en silencio y en secreto y pregúntate
—Tú que me conoces— quién soy yo…
_______________________________________________________________
UN AÑO CON PESSOA – DÍA 18 (30 DE JUNIO DE 2009)
30-6-1914
“Dois Excertos de Odes (Fins de duas odes, naturalmente)”. Poesias de Álvaro de Campos. Fernando Pessoa. Lisboa: Ática, 1944 (imp. 1993). §160. 1ª publicación en Revista de Portugal, nº4. Lisboa: Jul. 1938
Versiones
Todas las versiones españolas de textos pessoanos (de y sobre Pessoa) que aparecen en este blog han sido realizadas por el creador del Blog, Carlos Ciro. Los textos originales citados pueden, en general, encontrarse en el dominio público en diversos puntos del ciberespacio
Extraído de la bitácora “Un Año con Pessoa” de Carlos Ciro
Pessoas de Pessoa (http://pessoasdepessoa.wordpress.com/)
«Je suis seule. Je n’ai qu’à me fermer les yeux pour m’en apercevoir. Quand on veut savoir où on est, on se ferme les yeux. On est là où on est quand on a les yeux fermés: on est dans le noir et dans le vide.»
L’Avalée des avalés. Réjean Ducharme.
Cital Wikipedia