Nos Queda La Palabra

enero 12, 2011

Ayuda a Haití

  
 
Esperanza,
araña negra del atardecer.
Tu paras
no lejos de mi cuerpo
abandonado, andas
en torno a mí,
tejiendo, rápida,
inconsistentes hilos invisibles,
te acercas, obstinada,
y me acaricias casi con tu sombra
pesada
y leve a un tiempo.
Agazapada
bajo las piedras y las horas,
esperaste, paciente, la llegada
de esta tarde
en la que nada
es ya posible…
Mi corazón:
tu nido.
Muerde en él, esperanza.
 
                                Esperanza. Ángel González
 
 
Fuente l A Media Voz
 
*** 
 

» MSF quiere rendir homenaje al pueblo haitiano, que ha sufrido tanto durante y después del terremoto. Gran parte de la población sigue viviendo en condiciones muy precarias. Con el constante apoyo de nuestros donantes y trabajadores, MSF sigue comprometida con las necesidades existentes en Haití y hará todo lo posible por darles respuesta en los próximos años.»

  

Haiti: 12 meses después del terremoto, las condiciones de los haitianos son pésimas pese al importante despliegue humanitario

 MSF hace balance de la respuesta a la doble emergencia del terremoto y el cólera y de los retos pendientes y lagunas existentes en la respuesta internacional

-> Visita la web: ‘HAITÍ, UN AÑO DESPUÉS’

-> Lee el informe (pdf) : ‘HAITÍ, UN AÑO DESPUÉS’, un repaso a las operaciones humanitarias de Médicos Sin Fronteras (enero de 2011).

.

MedicosSinFronteras

http://www.msf.es/pastillascontraeldolorajeno/

 

Las «Pastillas contra el dolor ajeno» son un símbolo de apoyo y de compromiso con Médicos Sin Fronteras en su lucha por tratar a personas que padecen enfermedades olvidadas.

Son caramelos de menta que se presentan en un envase de 6 unidades, una por cada enfermedad olvidada. Los fondos de esta acción se destinarán a financiar proyectos de MSF de tratamiento de estas enfermedades.

Con un sencillo gesto y de forma muy accesible, con tan sólo 1 euro podemos contribuir a mejorar la vida de miles de enfermos olvidados.

 

 

Médicos Sin Fronteras | Por una Acción Médico-Humanitaria Independiente

Información 902 25 25 03
www.msf.es
oficina@barcelona.msf.org

.

 

No esperes más, toma las pastillas contra el dolor ajeno para ayudar a los enfermos olvidados.

 Las encontrarás en tu farmacia (España) por sólo 1 €.

     

abril 14, 2010

…al sol y a la luna.

 

alonekk 

A galopar

Rafael Alberti- Paco Ibáñez

 Concierto en el teatro Alcalá de Madrid en mayo de 1991.

 

 

 «El olvido de la historia reciente de España es algo programado, porque para algunos el recuerdo de esta historia puede ser peligroso».

Ángel González

 

Cita l «Lo que empezó en Rivas es imparable»

            Público.es

 

¡ Salud y República !…

 

enero 23, 2010

….es el amor que pasa.

 

NO CREO EN LA ETERNIDAD

Mas sé que el tiempo es cóncavo
y reaparece por la espalda
sobresaltándonos de pronto
con sus inútiles charadas.

¿Te amaré ayer?
¿Te amo hoy en día?
¿No te amé acaso, todavía, mañana?

No creo en la Eternidad.
mas si algo ha de quedar de lo que fuimos
es el amor que pasa.

                                             

                                 Ángel González

 

 

Hello Twitterverse!
We r now LIVE tweeting from the
International Space Station
 — the 1st live tweet from Space! 🙂
More soon, send your ?s

Timothy Creamer, aka Astro_TJ 

 

enero 12, 2010

…sólo soy eso.

Filed under: Literatura, Música, Uncategorized — Etiquetas: , — labalaustra @ 6:42 pm

 

REVERBERA LA MUSICA EN LOS MUROS…

 

Reverbera la música en los muros
y traspasa mi cuerpo como si no existiese.

¿Soy sólo una memoria que regresa
desde el cabo remoto de la vida,
fiel a una invocación que no perdona?

Música que rechazan las paredes:
sólo soy eso.

Cuando ella cesa también yo me extingo.

 

                                   Ángel González

 

Fuente original

Muestra , corregida y aumentada, de algunos procedimientos narrativos y de las actitudes sentimentales que habitualmente comportan, de Angel González, perteneciente a la colección Beltenebros, Ediciones Turner. 1977.

Copyright Ángel González / Ediciones Turner

 

septiembre 26, 2009

lo que ha ardido…

Filed under: Uncategorized — Etiquetas: , , , , , , , , , — labalaustra @ 10:39 am

 

Spleen 

  

INMORTALIDAD DE LA NADA

Todo lo consumado en el amor
no será nunca gesta de gusanos.

Los despojos del mar roen apenas
los ojos que jamás
-porque te vieron-,
                    jamás
se comerá la tierra al fin del todo.

Yo he devorado tú
me has devorado
en un único incendio.

Abandona cuidados:
lo que ha ardido
ya nada tiene que temer del tiempo.

Fuente original

Muestra , corregida y aumentada, de algunos procedimientos narrativos y de las actitudes sentimentales que habitualmente comportan, de Angel González, perteneciente a la colección Beltenebros, de Ediciones Turner. 1977. Nº476.
Copyright Angel González / Ediciones Turner

 

septiembre 3, 2009

…antes de que sea tarde.

 

Tiempo

 

Nada es lo mismo

       
      La lágrima fue dicha.      
     
  Olvidemos  
  el llanto  
  y empecemos de nuevo,  
  con paciencia,  
  observando las cosas  
  hasta hallar la menuda diferencia  
  que las separa  
  de su entidad de ayer  
  y que define  
  el transcurso del tiempo y su eficacia.  
     
  ¿A qué llorar por el caído  
  fruto,  
  por el fracaso  
  de ese deseo hondo,  
  compacto como un grano de simiente?  
     
  No es bueno repetir lo que está dicho.  
  Después de haber hablado,  
  de haber vertido lágrimas,  
  silencio y sonreíd:  
     
  nada es lo mismo.  
     
  Habrá palabras nuevas para la nueva historia  
  y es preciso encontrarlas antes de que sea tarde.

.

 

Fuente l Cervantes Virtual

junio 9, 2009

…y lo inaceptable.

 

Manuel Rico. Lo inoportuno y lo inaceptable.   El País 06/06/09

Antonio Gamoneda no estuvo especialmente oportuno con sus declaraciones sobre Mario Benedetti durante la rueda de prensa de presentación de Un armario lleno de sombra, su último libro. Cuando todo el país expresaba de forma diversa su condolencia por el fallecimiento del uruguayo, no fue lo más adecuado aludir de forma crítica a su obra. Sobre ello hay unanimidad en la opinión pública. Pero tras subrayar ese hecho, sería conveniente aportar un mínimo de desapasionamiento a la polémica que, a partir de sus declaraciones, se desató. También de rigor intelectual. Lo digo porque al leer las respuestas que, en defensa de Benedetti, reflejaron los medios de comunicación en los días posteriores, pareciera que Gamoneda hubiera desgranado una cadena de insultos y descalificaciones contra el autor de La tregua.

Pero no fue así. ¿Qué dijo el poeta leonés? Transcribo las afirmaciones que reflejaron, de manera coincidente y literal, todos los diarios. Así opinó Gamoneda: «(Benedetti) Era un hombre necesario en el terreno del pensamiento social y en el de la honradez… Aunque yo no comparto su ámbito poético. Fue un ser admirable, pero utilizaba un lenguaje normalizado, el lenguaje de la comunicación coloquial que, aunque lo respeto, no lo comparto». Hasta aquí, el texto en el que coincidieron todos los medios. Algunos añadieron, con o sin comillas, la afirmación siguiente: «En eso era un poeta menor».

Revisemos las palabras de Gamoneda: califica a Benedetti de «hombre necesario», de «ser admirable», expresiones a las que agrega atributos como la honradez o el compromiso social a la vez que confiesa un sentimiento de respeto hacia él. Y a la hora de valorar su obra, no se sale en ningún momento del juicio literario, por muy polémico que pudiera sonar el término «poeta menor». No hay más que leerlas con detenimiento para darse cuenta de que no hay ofensa ni afán descalificador, sino delimitación, de manera respetuosa, de diferencias estéticas.

¿Cómo se le respondió? Con una saña no inoportuna, sino inaceptable. Con descalificaciones. Con ofensas. Relevantes personajes del mundo cultural próximos a la estética de Benedetti, comenzando por su editor, más que responder cabría decir, en lenguaje coloquial, que «se despacharon a gusto». En el fondo y en la forma, la réplica fue desproporcionada, bordeando, incluso superando con creces, la frontera de la intolerancia y del insulto, algo que llama especialmente la atención en intelectuales conocidos por su sensibilidad progresista (al menos, así se reclaman). ¿Es de recibo que Benjamín Prado afirme que «parece que en este país hacer una carrera poética consiste en tener el mismo enterrador que Benedetti y Ángel González, es decir, Antonio Gamoneda»? ¿O que el editor Jesús García Sánchez califique a Gamoneda de poeta «de segunda división» o de «ser sujeto al techo por telarañas», o haga una gracieta de dudoso gusto afirmando que Benedetti «comparado con Gamoneda es el Barça frente al Alcoyano»?

¿No parece fuera de lugar que Benítez Reyes lo califique de «hombre tosco» (¿¿??) o de «poeta del montón»? ¿Y qué decir de Javier Rioyo, capaz de utilizar en su columna dominical una metáfora con la que compara a los cuervos con el autor de Blues castellano o del Libro del frío: «Los cuervos, esos pájaros blasfemos», escribe Rioyo. Y continúa: «Se vistan con levita. O con premio Cervantes», figura que tiene como complemento una descalificación global de Gamoneda sobre la base de atribuir a otro gran poeta, Ángel González, cualidades con las que también cuenta el leonés: huérfano de padre con simpatías republicanas, miembro de la generación silenciada (aunque no fuera, en los años cincuenta, funcionario del Estado) de la posguerra, de familia condenada a la pobreza y al hambre.

En resumen: frente a la referencia de Antonio Gamoneda al lenguaje «normalizado», o «coloquial» de Mario Benedetti que, aunque respeta, no comparte, la lluvia de andanadas irrespetuosas y groseras (con un punto de clasismo señoritil alguna de ellas) contra él: «enterrador», «poeta de segunda división», «hombre tosco», «poeta del montón», «cuervo» o «pájaro blasfemo», «ser sujeto al techo por telarañas», entre otras, no menos delicadas, que no cito. ¿Hay quien dé más?

En ese contexto, que avergüenza a cualquier observador mínimamente objetivo de nuestra realidad literaria, sorprende que un admirador de la obra del uruguayo como el poeta gallego Méndez Ferrín afirme, coincidiendo en lo esencial, quizá involuntariamente, con Gamoneda, que Benedetti «era una persona amigable, próxima, generosa y muy inteligente; tal vez la poesía no sea su aportación más importante (el subrayado es mío), ya que no hay que olvidar su obra como prosista, ensayista y articulista», sin que reaccione del mismo modo la sucesión de descalificadores arriba citados. O que el periodista mexicano Alejandro de la Garza, al describir, en la revista digital Milenio.com, su encuentro con Benedetti en 1997, escribiera, el pasado 25 de mayo, lo que sigue: «Fue indulgente y tolerante, aunque se encontraba ya seriamente afectado por el asma y, como siempre, parecía lastrado por una celebridad a la cual nunca se rindió y resultaba notoriamente incómoda para su sencillez de «poeta menor», como gustaba calificarse».

Mario Benedetti ha sido uno de los grandes escritores del siglo XX del mundo hispanohablante. Con una obra poética cívicamente comprometida, directa y realista y popular, que ha emocionado -y emociona- a distintas generaciones y que podría haber obtenido con todo derecho el premio Cervantes.

Del mismo modo que Antonio Gamoneda, desde una opción estética distinta, es uno de los grandes poetas vivos de la lírica en castellano del último medio siglo, merecedor, sin duda, del premio que ostenta. Éste ha opinado sobre la poesía de Benedetti destacando su coloquialismo del mismo modo que desde una mirada crítica distinta, se podría calificar, con el mismo nivel de respeto, la de Gamoneda de tendente al hermetismo. Pero de ahí a convertir una inoportunidad, un error si se quiere como el cometido por Gamoneda, en una suerte de apertura de la veda del insulto y la descalificación, hay una considerable distancia que ningún escritor que se precie de demócrata debiera haber recorrido.

Cierto que Gamoneda no es, sobre todo en su última etapa, un poeta transparente. Pero es un poeta intenso, con lectores, con textos cargados de emoción estética y sentimental. ¿Acaso eran sencillos y transparentes poetas como Claudio Rodríguez, el Pepe Hierro del Libro de las alucinaciones, Vicente Aleixandre, Ezra Pound, T. S. Eliot, por citar sólo unos cuantos nombres alejados del realismo?

La propensión de nuestro mundo poético a establecer compartimentos estancos, a la configuración de tribus o sectas irreconciliables es una servidumbre demasiado vieja. Y un obstáculo para que la buena poesía (es decir, su esencia, su proteína) pueda ser gozada más allá de la opción estética de cada cual y de la moda del momento. A ese respecto, me parece ilustrativo el comentario aparecido hace unos días en el blog de un pequeño (y conocido) editor. Reza así: «Mario Benedetti dijo… beno! Antonio Gamoneda me gusta mucho». Imaginémoslo al menos. Aunque no fuera así.

Manuel Rico es poeta, narrador y crítico literario. Entre sus últimas obras se encuentran Verano (Alianza, 2008) y Espejo y tinta (Bruguera, 2008).

Vía l  Al margen: La polémica Gamoneda-Benedetti.  (Bitácora de Manuel Rico).

 

marzo 15, 2009

tocando la bocina…

 

homenaje-a-antonio-machado-collioure

 Homenaje a Antonio Machado en Collioure. De izquierda a derecha, en la parte de arriba: Blas de Otero, José A. Goytisolo, Ángel González, José A. Valente y un desconocido. En la parte de abajo: Jaime Gil de Biedma, Alfonso Costafreda, Carlos Barral y J.M. Caballero Bonald.

 

PATO

 

Blas de Otero

 

Quién fuera pato
para nadar, nadar por todo el mundo,
pato para viajar sin pasaporte
y repasar, pasar, pasar fronteras,
como quien pasa el rato.
Pato.
Patito vagabundo.
Plata del norte.
Oro del sur. Patito danzaderas.

Permitidme, Dios mío, que sea pato
¿Para qué tanto lío,
tanto papel,
ni tanta pamplina?
Pato.

Mira, como aquél
que va por el río
tocando la bocina…

 

Foto extraída de Cervantes Virtual

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