Nos Queda La Palabra

enero 19, 2011

Semelhante aos deuses…

 

Semelhante aos deuses me parece

Semelhante aos deuses me parece
o homem que diante de ti se senta
e, tão doce, a tua voz escuta,

ou amoroso riso – que tanta agita
meu coração de súbito, pois basta ver-te
para que nem atine com o que diga,

ou a língua se me torne inerte.
Um subtil fogo me arrepia a pele,
deixam de ver meus olhos, zunem meus ouvidos,

o suor inunda-me o corpo de frio,
e tremendo toda, mais verde que as ervas,
julgo que a morte não pode tardar.

                            Poemas e Fragmentos de Safo

Tradução de Eugénio de Andrade

 

 «La naturaleza está muy presente en mi poesía. En lo que se refiere al paisaje, el mío es sin duda el del sur, del Mediterráneo. No soy orgulloso ni humilde, pertenezco a ese género de seres que, como Rilke decía del poeta, odia todo lo que no sea exactitud».

Eugénio de Andrade

 

 

 

Semejante a los dioses me parece
ese hombre que ahora se sienta frente a ti
y tu dulce voz a su lado escucha
mientras tu le hablas 

Y siente tu amable risa. Todo esto, te lo juro,
en mi pecho hace saltar el alma a pedazos;
pues te miro, apenas, y las palabras
ya no salen de mi boca
tengo rota la lengua, y, suave, por la piel
un fuego me corre al punto,
con mis ojos ya nada veo y oigo
sólo un zumbido

Destilo un sudor frío y un temblor
me recorre entera, cual la paja amarilla soy
y mi muerte siento cercana
Pero todo habrá que sufrirlo, incluso…
 

                                                                                  Safo

 

graemek1

Big Brother & The Holding Company

All Is Loneliness (Janis Joplin)

   
   All is Loneliness      

All is loneliness
Loneliness here for me
Loneliness here for me.

All is loneliness
Loneliness here for me
Loneliness here for me.

All is loneliness
Loneliness here for me
Loneliness here for me.

All is loneliness
Loneliness here for me
Loneliness here for me.

All is loneliness
Loneliness here for me
Loneliness here for me
Loneliness here for me
Loneliness here for me.

Loneliness come on bother me
Want me ’round my door.
I get loneliness
I get loneliness
I get loneliness
I get loneliness
Loneliness, heck I said loneliness
Lord, loneliness, yeah, I said loneliness.

I said loneliness come on by my bed
Gonna worry me ’round on my door-mat.
I said loneliness come and found me,
I said you found me whole.
Yeah and now loneliness
Lordy lordy loneliness
Lordy lordy loneliness
Lordy lordy loneliness
Yeah, loneliness

Oh loneliness
Oh loneliness
Oh loneliness
Oh loneliness
Oh loneliness
Oh loneliness
Oh loneliness

Ah loneliness
Ah loneliness
Loneliness
Loneliness
Loneliness
Loneliness.

Every day when I walk home
I see loneliness
When I waited for my baby.
You know I open my front door,
I said mr. loneliness is waiting for me at home
Lordy, lord at home, lord at home, lo-o-o-rd at home.

You know, I get home every day, lord,
There ain’t nobody waiting there, man
And I ain’t got no girlfriends, and I ain’t got no boyfriends, man.
I ain’t got no any kind of friends, man, I ain’t got no…
My tv set doesn’t work, my radio doesn’t work, man.
I come home there’s nothing
Nothing, man, there’s no animals moving,
There’s nothing, man
Walk in that door seems like I’m sitting there every day, man.

Lord, loneliness
Lord, loneliness
Ah, ah, loneliness
Loneliness
Loneliness
Loneliness
Loneliness
Lord.

All right!

.

Letra l PoemHunter.com

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***

 «La izquierda a la que pertenezco rechazará siempre la iniquidad y todas las formas de represión: tendrá en cuenta las nuevas realidades, no sólo del hombre con el hombre, sino también del hombre con las cosas; redistribuirá con mano justa no sólo los bienes de la tierra, sino también las verdades y los poderes. A la izquierda a la que pertenezco sabrá que una de esas verdades es el cuerpo, que uno de esos poderes es el deseo. Y nunca olvidará que el hombre tiene derecho al placer».

Eugénio de Andrade

 

.

Fuentes  l EL PAIS.com

                    Artículo de Margarida Pinto.

                    Lisboa – 14/06/2005

 

                Extremadura al día

                Artículo de Pilar Fernández Rodríguez 

                03/01/2006

 

                     Fundação Eugénio de Andrade

 

 

septiembre 10, 2010

¡Ay!, dura ley de amor…

 

» El corazón humano es más severo que el cruel corazón de Neptuno.»

Las Sirenas. Khalil Gibrán

 

 

                                              XIII

EPÍSTOLA A UNA DAMA CUYO PRINCIPIO FALTA.

………………………………………….

¡Ay!, dura ley de amor, que así me obliga

a no tener más voluntad de aquella

que me ordena el rigor de mi enemiga ¡

    Navío que en alto mar perdió la estrella

es tan de rico don desnuda el alma

siendo la voluntad nueva alma della.

     Tiene de mí la victoriosa palma

otro querer, cual suele otro elemento

distribuir al mar tormenta o calma;

    es el incontrastable mandamiento

de mi Señora, rayo presuroso

a quien se humilla y tiembla el firmamento.

    Perder la voluntad, caso es lloroso;

mas, ¿ cómo llora aquel que para el llanto

sin ajeno poder no es poderoso ?

   ¡Extrañeza de amor digna de espanto,

que tras tan largo mal sin resentirme

quiere que el mismo mal no sienta tanto ¡

    Y no sólo me impide el descubrirme,

mas quiere que no pueda y que no quiera;

poderme anticipar con la obediencia

al mandamiento, aunque más duro fuera.

     Y pues desnudo estoy de la potencia

para negar, conviértase mi vida

en alta execución de la sentencia,

    que aquella voluntad ya reducida

en otra espero yo que el tiempo vea

negociarme piedad, nueva y crecida.

    ¿ Mas cómo podrá ser que así no sea,

pues forzosa piedad me tiene y debe

la voluntad que allá se está y emplea ?

   No es corazón humano tan de nieve,

o duro pecho fuerte y de diamante

a quien tanto penar no le conmueve.

    ¡ Ay, que el que vee a un miserable amante

vivir, morir y amar, luego se inflama

de celo en tanto amor firme y constante ¡

    Mas nueva voz me acude y me reclama,

dentro del más secreto pensamiento

que rompedor de fe me nombra y llama

    diciendo: El mandamiento y juramento

rompes, de no escribir antes ni agora

la causa y ocasión de tu tormento.

   Entiende, pues  (hermosa usurpadora

de mi albedrío), cuán libre sin mentirte

está de culpa el alma que te adora,

  pues si te escribo es sólo por decirte

que ella obedecerá cuanto quisieres,

y no por ofenderte o escribirte;

   sola una cosa no querría, si quieres

( y no podrá querer ), que es el no amarte,

lo cual no está en poder siendo quien eres.

   Y así de nuevo torno a consagrarte

la dada fe, que nunca desconcierte

del punto donde está por observarte.

   Puede muy bien la inexorable muerte

romper la nueva estambre de mi vida,

mas no [el ] deseo de siempre obedecerte;

   y no pienses que agora obedecida

dejas de ser, porque te escribo, siendo

tu voluntad de mí tan bien cumplida:

pues juro por los ojos do me enciendo

que solamente escribo porque veas

con cuántas fes fundar mi fe pretendo;

    y sólo porque tengas y poseas

con más seguridad mi fe firmada

y lo que en lengua oíste en carta leas;

    no por duda o temor que quebrantada

será jamás de mí ( ni jamás ha sido ),

mas sólo por razón bien ordenada.

     Y porque no la cubra ciego olvido

de vil costumbre, bien será que quede

esto por ley de amor establecido,

     pues siempre renovar se me concede

la escrita fe, que en el discurso humano

tanto con Dios y en ti tan poco puede;

   y tú también con más piadoso y llano

trato me escribirás, que yo confirme

la nueva obligación de propia mano.

   Y no te agraviarás por escribirme

( si escribes  ), por usar tu cetro y mando

siendo lo ya mandado repetirme.

    De nuevo yo mi fe saldré obligando

de jamás escribirte, aunque escribiendo

uno y otro escribir fuese alcanzando;

     Y así la fe y el mando repitiendo,

imposible será después quebrarse

tan alta convención cual voy tejiendo.

     No porque el fuerte pino al comenarse [sic]

de su nueva raíz, si un brazo extiende

deja con mil raíces de arrigarse,

     con quien después se ampara y se defiende

del riguroso y descortés invierno,

que apenas hoja dél daña y ofende.

     Tu mandamiento, así, pues, blando y tierno,

dentro de mi pecho está cual niño en cuna,

conservando el poder largo y eterno

   para que el tiempo al fin, muerte y fortuna,

caso, destino, providencia y arte,

no me puedan entrar en suerte alguna.

    Aquí verás quien tanto sabe amarte

si es bien que de Boscán robe el subjeto

para mejor sus males declarate;

    así como al más noble y alto efeto

excede amor, del cielo y de natura,

así es más alto y noble mi conceto.

    No tiene mi verdad, sincera y pura,

cierta, abundante y de sí misma llena,

necesidad de ajena compostura:

    sería de Libia a la quemada arena

agua pedir el húmido Océano,

y a la ortiga su olor el azucena;

    del seco invierno el dulce abril temprano

flores coger, y la desierta cumbre

de hierba enriquecer al fértil llano;

   robar el claro Sol belleza [y] lumbre

a la noche, sería más triste y fea

y el mundo renovar suerte y costumbre.

    Permita Amor que esta verdad sea lea

de ti, que siendo así no dudo cierto

que con más alta luz se entienda y crea.

    A pecho que es de Amor guarida y puerto,

a frente de valor tan rica y llena

cualquier cerrado abismo es aire abierto;

     a ojos cuya luz viva y serena

al mismo Sol, según los alza y mueve,

toda niebla de error se le enajena;

     a púrpura tan fina y fresca nieve,

tan largo oro sotil, tan ondeado,

esle cualquier secreto cierto y breve;

    a encendido coral, tan bien cortado

entre el claro marfil muy liso y puro,

todo le debe ser claro y tratado;

     a cuello de cristal ( columna y muro

de todo bien ), a mano tan hermosa

será lo más incierto lo más seguro.

    Quédese, pues, aquí mi dolorosa

y baja pluma solo con decirte

que mientras no mandares otra cosa

siempre te serviré de no escribirte.

 

 Segunda parte, Madrid, 1591.

                       Epistolario Poético. Francisco de Aldana.

 

A mi padre

 

junio 13, 2010

…»de la verdad eterna, que ni Dios conoce»

 

«No light, but rather darkness visible

Mas esas llamas lanzan , no luz,

sino tiniebla visible.»

 

* Epígrafe, así señalado y traducido por Pessoa

(…)

«—Desde el principio del mundo me insultan y me calumnian. Los mismos poetas —por naturaleza mis enemigos— que me defienden, no me han defendido bien. Uno —un inglés llamado Milton— me hizo perder, con compañeros míos, una batalla indefinida que nunca se libró. Otro —un alemán llamado Goethe— me dio un papel de alcahuete en una tragedia de aldea. Pero yo no soy lo que piensan. Las Iglesias me aborrecen. Los creyentes tiemblan ante mi nombre. Pero tengo, quieran que no, un papel en el mundo. Ni soy el rebelde contra Dios, ni el espíritu que niega. Soy el Dios de la Imaginación, perdido porque no creo.»

 

 La Hora Del Diablo , Fernando Pessoa

 

Texto íntegro l   La Hora Del Diablo , Fernando Pessoa

Edición de Teresa Rita Lopes
Digitalizado por Leche235
Biblioteca-IRC
biblioteca.d2g.com
Scribd.com 

 

Título original: A Hora do Diabo
 © Assírio&Alvim
 ©Herdeiros de Fernando Pessoa (1997)
 © Emecé Editores S.A., 2000
Traducción de : Rosa Corgatelli

 

Álvaro de Campos 

 II – Ah o crepúsculo, o cair da noite, o acender das luzes nas grandes cidades

¡Ah El crepúsculo al caer la noche, el despertar de las luces en las grandes ciudades.

Y la mano misteriosa que sofoca el bullicio,
y el cansancio de todo en nosotros que nos corrompe
en una sensación exacta y precisa y activa de la Vida!
Cada calle es un canal de una Venecia de tedios
¡Y cuán misterioso es el fondo unánime de las calles,
de las calles al caer la noche!, ¡Oh Cesário Verde!, ¡Oh Maestro!,
¡Oh del «Sentimento de um Ocidental»(*)!

¡Qué profunda inquetud, qué deseo de otras cosas.
Que no son ni países, ni momentos, ni vidas.
Qué deseo tal vez de otros modos y estados de alma
humedece interiormente el instante lento y lejano!

Un horror sonámbulo entre luces que se encienden,
un pavor tierno y líquido, recostado en las esquinas
como un mendigo de sensaciones imposibles
que no sabe quién pudiera dárselas…

Cuando yo muera,
cuando me vaya, innoblemente, como todo el mundo,
por aquel camino cuya idea no puede enfrentarse,
por aquella puerta que, si pudiésemos asomarnos, no nos asomaríamos
para aquel puerto que el capitán del Navío no conoce,
sea justo en esta hora, digna de los tedios que viví,
en esta hora mística y espiritual y antiquísima,
en esta hora en que tal vez, hace mucho más tiempo del que parece,
Platón en sueños vio la idea de Dios
Esculpiendo cuerpo y existencia nítidamente plausible.
Dentro de su pensamiento exteriorizado como un campo.
Sea en esta hora en que me llevéis a enterrar,
En esta hora que yo no sé cómo vivir,
cuando no sé qué sensaciones tener o fingir que tengo,
en esta hora cuya misericordia es torturada y excesiva,
cuyas sombras vienen de cualquier otra cosa que no son las cosas,
cuyo discurrir no roza sus vestiduras en el plano de la Vida Sensible
ni deja perfumes en los caminos de la Mirada.

Cruza las manos sobre las rodillas, o compañera que no tengo ni quiero tener.
Cruza las manos sobre las rodillas y mírame en silencio
a esta hora en que yo no puedo ver que tú me miras,
mírame en silencio y en secreto y pregúntate
—Tú que me conoces— quién soy yo…

_______________________________________________________________

UN AÑO CON PESSOA – DÍA 18 (30 DE JUNIO DE 2009)

30-6-1914

 
“Dois Excertos de Odes (Fins de duas odes, naturalmente)”. Poesias de Álvaro de Campos. Fernando Pessoa. Lisboa: Ática, 1944 (imp. 1993). §160. 1ª publicación en Revista de Portugal, nº4. Lisboa: Jul. 1938

 

Versiones
Todas las versiones españolas de textos pessoanos (de y sobre Pessoa) que aparecen en este blog han sido realizadas por el creador del Blog, Carlos Ciro. Los textos originales citados pueden, en general, encontrarse en el dominio público en diversos puntos del ciberespacio

 

Extraído de la bitácora “Un Año con Pessoa”  de Carlos Ciro

  Pessoas de Pessoa    (http://pessoasdepessoa.wordpress.com/)

 

«Je suis seule. Je n’ai qu’à me fermer les yeux pour m’en apercevoir. Quand on veut savoir où on est, on se ferme les yeux. On est là où on est quand on a les yeux fermés: on est dans le noir et dans le vide.» 

L’Avalée des avalés. Réjean Ducharme.

 

Cital Wikipedia

 

May 31, 2010

…y los cuatro muros de no saber hacer.

 

Sin ilusiones, vivimos apenas del sueño, que es la ilusión de quien no puede tener ilusiones.

Libro del desasosiego. Bernardo Soares.

2

(TRECHO INICIAL)

He nacido en un tiempo en que la mayoría de los jóvenes habían perdido la creencia en Dios, por la misma razón que sus mayores la habían tenido: sin saber por qué. Y entonces, porque el espíritu humano tiende naturalmente a criticar porque siente, y no porque piensa, la mayoría de los jóvenes ha escogido a la Humanidad como sucedáneo de Dios. Pertenezco, sin embargo, a esa especie de hombres que están siempre al margen de aquello a lo que pertenecen, no ven sólo la multitud de la que son, sino también los grandes espacios que hay al lado. Por eso no he abandonado a Dios tan ampliamente como ellos ni he aceptado nunca a la Humanidad. He considerado que Dios, siendo improbable, podría ser; pudiendo, pues, ser adorado; pero que la Humanidad , siendo una mera idea biológica, y no significando más que la especie animal humana, no era más digna de adoración que cualquier otra especie animal. Este culto de la Humanidad , con sus ritos de Libertad e Igualdad, me ha parecido siempre una resurrección de los cultos antiguos, en que los animales eran como dioses, o los dioses tenían cabezas de animales.

Así, no sabiendo creer en Dios, y no pudiendo creer en una suma de animales, me he quedado, como otros de la orilla de las gentes, en esa distancia de todo a que comúnmente se llama la Decadencia. La Decadencia es la pérdida total de la inconsciencia; porque la inconsciencia es el fundamento de la vida. El corazón, si pudiese pensar, se pararía.

A quien como yo, así, viviendo no sabe tener vida, ¿qué le queda sino, como a mis pocos pares, la renuncia por modo y la contemplación por destino? No sabiendo lo que es la vida religiosa, ni pudiendo saberlo, porque no se tiene fe con la razón; no pudiendo tener fe en la abstracción del hombre, ni sabiendo siquiera qué hacer de ella ante nosotros, nos quedaba, como motivo de tener alma, la contemplación estética de la vida. Y, así, ajenos a la solemnidad de todos los mundos, indiferentes a lo divino y despreciadores de lo humano, nos entregamos fútilmente a la sensación sin propósito, cultivada con un epicureísmo sutilizado, como conviene a nuestros nervios cerebrales.

Reteniendo, de la ciencia, solamente aquel precepto suyo central de que todo está sujeto a leyes fatales, contra las cuales no se reacciona independientemente, porque reaccionar es haber hecho ellas que reaccionásemos; y comprobando que ese precepto se ajusta al otro, mas antiguo, de la divina fatalidad de las cosas, abdicamos del esfuerzo como los débiles del entrenamiento de los atletas, y nos inclinamos sobre el libro de las sensaciones con un gran escrúpulo de erudición sentida.

No tomando nada en serio, ni considerando que nos fuese dada, por cierta, otra realidad que nuestras sensaciones, en ellas nos refugiamos, y a ellas exploramos como a grandes países desconocidos. Y, si nos empleamos asiduamente, no sólo en la contemplación estética, sino también en la expresión de sus modos y resultados, es que la prosa o el verso que escribimos, destituidos de voluntad de querer convencer al ajeno entendimiento o mover la ajena voluntad, es apenas como el hablar en voz alta de quien lee, como para dar objetividad al placer subjetivo de la lectura.

Sabemos bien que toda obra tiene que ser imperfecta, y que la menos segura de nuestras contemplaciones estéticas será la de aquello que escribimos. Pero, imperfecto y todo, no hay poniente tan bello que no pudiese serlo más, o brisa leve que nos dé sueño que no pudiese darnos un sueño todavía más tranquilo. Y así, contempladores iguales de las montañas y de las estatuas, disfrutando de los días como de los libros soñándolo todo, sobre todo para convertirlo en nuestra íntima substancia, haremos también descripciones y análisis que, una vez hechos, pasarán a ser cosas ajenas que podemos disfrutar como si viniesen en la tarde.

No es éste el concepto de los pesimistas, como aquel de Vigny, para quien la vida es una cárcel, en la que él tejía paja para distraerse. Ser pesimista es tomar algo por trágico, y esa actitud es una exageración y una incomodidad. No tenemos, es cierto, un concepto de valía que apliquemos a la obra que producimos. La producimos, es cierto, para distraernos, pero no como el preso que teje la paja, para distraerse del Destino, sino como la joven que borda almohadones para distraerse, sin nada más.

Considero a la vida como una posada en la que tengo que quedarme hasta que llegue la diligencia del abismo. No sé a dónde me llevará, porque no sé nada. Podría considerar esta posada una prisión, porque estoy compelido a aguardar en ella; podría considerarla un lugar de sociabilidad, porque aquí me encuentro con otros. No soy, sin embargo, ni impaciente ni vulgar. Dejo a lo que son a los que se encierran en el cuarto, echados indolentes en la cama donde esperan sin sueño; dejo a lo que hacen a los que conversan en las salas, desde donde las músicas y las voces llegan cómodas hasta mí. Me siento a la puerta y embebo mis ojos en los colores y en los sonidos del paisaje, y canto lento, para mí solo, vagos cantos que compongo mientras espero.

Para todos nosotros caerá la noche y llegará la diligencia. Disfruto la brisa que me conceden y el alma que me han dado para disfrutarla, y no me interrogo más ni busco. Si lo que deje escrito en el libro de los viajeros pudiera, releído un día por otros, entretenerlos también durante el viaje, estará bien. Si no lo leyeran, ni se entretuvieran, también estará bien.

29-3-1930

Libro del desasosiego de Bernardo Soares
Por Fernando Pessoa (*)
Traducción de Angel Crespo

Fuente l Enfocarte.com

 

In Memoriam

 

 

 

abril 7, 2010

…del lado de acá de los montes

 

quiero ver rayos contrayéndose

Miguel Hernández

 

Toyopyonkopyon

Nessun Dorma

Eric Clapton & Jeff Beck
Air Canada Centre
Toronto
February 21, 2010

 

1 
Soneto
 

 

La nave que surcando el Ponto pasa
 ligera y fuerte como viento y peña,

el bravo mar con ocasión pequeña

rompe, sorbe, deshace, ahoga, arrasa.

   La ciudad fuerte o respetada casa

que de tratar las nubes se desdeña,

con breve curso el Tiempo nos la enseña

rota, humilde, asolada, yerma y rasa.

   La ignorancia mortal que se alimenta

de bárbara ambición y se presume

potente, firme, estable, altiva, osada,

   baje la rueda,

que en un punto la muerte la resume

en humo, en polvo, en viento, en sombra, en nada.

 
 [Ms. de Évora, pp. 680-681]
  
  

 Francisco de Quevedo

 

Fuente l Libros del Silencio (Archivo pdf)

Palabras clave l Libros del Silencio (Facebook)

  

Vía l Poesía inédita. Francisco de Quevedo.          Algún día en alguna parte

 

…»cágome en el Amor y en su hermosura.»

Francisco de Quevedo 

 

La lectura de los diarios, siempre penosa desde el punto de vista estético, lo es también con frecuencia desde el moral, aún para quien tenga pocas preocupaciones morales.

(…)

¡Tantos nobles ideales caídos entre el estiércol, tantas ansias verdaderas extraviadas entre la escoria!

 Fernando Pessoa. Libro del desasosiego.

 

enero 31, 2010

…uma coisa que está comigo.

 

Alberto Caeiro – O amor é uma companhia

El amor es una compañía.
Ya no sé andar solo por los caminos,
porque ya no puedo andar solo.
Un pensamiento visible me hace andar más deprisa
y ver menos, y al mismo tiempo disfrutar de ir viéndolo todo.
Incluso la ausencia de ella es una cosa que está conmigo.
Y ella me gusta tanto que no sé cómo desearla.Si no la veo, la imagino y soy fuerte como los árboles altos.
Pero si la veo tiemblo, no sé que ha sido de lo que siento en su ausencia.
Todo yo soy cualquier fuerza que me abandona.
Toda la realidad me mira como a un girasol con el rostro de ella en el medio.
O amor é uma companhia.
Já não sei andar só pelos caminhos,
Porque já não posso andar só.
Um pensamento visível faz-me andar mais depressa
E ver menos, e ao mesmo tempo gostar bem de ir vendo tudo.
Mesmo a ausência dela é uma coisa que está comigo.
E eu gosto tanto dela que não sei como a desejar.Se a não vejo, imagino-a e sou forte como as árvores altas.
Mas se a vejo tremo, não sei o que é feito do que sinto na ausência dela.
Todo eu sou qualquer força que me abandona.
Toda a realidade olha para mim como um girassol com a cara dela no meio.

10-7-1930
“O Pastor Amoroso”. In Poemas de Alberto Caeiro. Fernando Pessoa. (Nota explicativa e notas de João Gaspar Simões e Luiz de Montalvor.) Lisboa: Ática, 1946 (10ª ed. 1993). pp.100.

Extraído de la bitácora «Un Año con Pessoa»  de Carlos Ciro

  Pessoas de Pessoa    (http://pessoasdepessoa.wordpress.com/)

Versiones
Todas las versiones españolas de textos pessoanos (de y sobre Pessoa) que aparecen en este blog han sido realizadas por el creador del Blog, Carlos Ciro. Los textos originales citados pueden, en general, encontrarse en el dominio público en diversos puntos del ciberespacio

enero 2, 2010

01022010

 

Alberto Caeiro é mais pagão que o paganismo, porque é mais inconsciente da essência do paganismo do que qualquer outro escritor pagão.

 

Sobre Alberto Caeiro. Textos de Ricardo Reis.

 

diciembre 12, 2009

… el aquí que ignoro

Sin querer 

Sin querer,
sin encontrar una niebla de olvido
que me haga extraviarme en mi presente,
que no recuerdo
porque la luz es excesiva;

sin querer,
sin desaprender esa música
lejana -y conseguir,
en el día brumoso,
escuchar al silencio lleno de alas.

Sin querer
-nunca queréis, no quiero-,
vamos impulsados por remos
de una leña que no consume
el fuego que nos arde.

Sin querer,
caminamos hacia un final
que nos aguarda indiferente
-no es cazador- con su sima de olas
sin sal y sin espumas.

Sin querer,
ignoro si es posible
recobrar el aquí que ignoro,
o, ciego y en silencio,
sumergirme en el río
que me niegue a vosotros,
sin querer.

Ángel Crespo

Fuente l A Media Voz  

 

El hombre es un animal incoherente, y es incoherente porque es dúplice. Tiene una vida de sentidos, que le liga, mediante procesos que van desde la percepción hasta la vida social, al mundo, inhumano y humano, que le rodea; tiene una vida de inteligencia que le encierra en sí mismo, y así le separa de este mundo. En el hombre en quien la vida de la inteligencia está apgada, la filosofía de la vida procede de los sentidos y de los influjos exteriores: su ideal será aquel que unos y otros le impongan. Ese hombre, que es el hombre vulgar, se acerca a los animales por la unidad de su ser, hija legítima de la inconsciencia. Sin embargo, desde que el hombre despierta y vivie el pensamiento abstracto, se ha formado en él una dualidad. No puede hurtarse a la vida de los sentidos; no puede negarse a la vida de la razón.

 

El artista y los dioses. Fernando Pessoa

 

Fuente original

Fernando Pessoa, El regreso de los dioses, Barcelona: Seix-barral, 1986

© 1986: Editorial SeixBarral, S.A.

© de la traducción e introducción: Ángel Crespo  1986

 

 

 

 

noviembre 30, 2009

Não somos nós os que…

  

Vivem em nós inúmeros,
Se penso ou sinto, ignoro
Quem é que pensa ou sente.
Sou sòmente o lugar
Onde se sente ou se pensa.

Tenho mais almas que uma
Há mais eus do que eu mesmo.
Existo todavia
Indiferente a todos.
Faço-os calar: eu falo.

Os impulses cruzados
Do que sinto ou nao sinto
Disputam em quem sou. Ignoro-os.
Nada ditam
A quem me sei: eu ´screvo.

Fernando Pessoa

 

 

“Ô toi que j´eusse aimée… »

Y ahora una digresión: consideremos

esa variante del amor que nunca

puede llamarse amor.

Son aislados instantes sin futuro.

En la ciudad donde estaré tres días

nos encontramos.

Hablamos cien palabras.

Pero un brillo en los ojos, un silencio

o el roce de las manos que se despiden

prende la luz de la imaginación.

Sin motivo ni causa uno supone

que llegó pronto o tarde y se lamenta

(“No habernos conocido…”).

Y sin quererlo ni saberlo entraste

en un célibe harén de sombra y humo.

Intocable,

incorruptible al yugo del amor,

viva en lo que llamó De Rougemont

la posesión por pérdida.

 

José Emilio Pacheco. De Irás y no volverás, 1969-1972.

 

 “La poesía no es de nadie:

 se hace entre todos” .

Julián Hernández (1893- 1955)

 

octubre 20, 2009

Ciel ! Amour ! Liberté !

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Sir_John_Everett_Millais
John Everett Millais, Ophelia (1851-1852). Tate Gallery, London

 

Ophélie
Arthur Rimbaud (1854-1891)

I
Sur l’onde calme et noire où dorment les étoiles
La blanche Ophélia flotte comme un grand lys,
Flotte très lentement, couchée en ses longs voiles…
– On entend dans les bois lointains des hallalis.

Voici plus de mille ans que la triste Ophélie
Passe, fantôme blanc, sur le long fleuve noir.
Voici plus de mille ans que sa douce folie
Murmure sa romance à la brise du soir.

Le vent baise ses seins et déploie en corolle
Ses grands voiles bercés mollement par les eaux;
Les saules frissonnants pleurent sur son épaule,
Sur son grand front rêveur s’inclinent les roseaux.

Les nénuphars froissés soupirent autour d’elle;
Elle éveille parfois, dans un aune qui dort,
Quelque nid, d’où s’échappe un petit frisson d’aile:
– Un chant mystérieux tombe des astres d’or.

II
Ô pâle Ophélia ! belle comme la neige !
Oui tu mourus, enfant, par un fleuve emporté !
– C’est que les vents tombant des grands monts de Norwège
T’avaient parlé tout bas de l’âpre liberté;

C’est qu’un souffle, tordant ta grande chevelure,
A ton esprit rêveur portait d’étranges bruits;
Que ton coeur écoutait le chant de la Nature
Dans les plaintes de l’arbre et les soupirs des nuits;

C’est que la voix des mers folles, immense râle,
Brisait ton sein d’enfant, trop humain et trop doux;
C’est qu’un matin d’avril, un beau cavalier pâle,
Un pauvre fou, s’assit muet à tes genoux !

Ciel ! Amour ! Liberté ! Quel rêve, ô pauvre Folle !
Tu te fondais à lui comme une neige au feu:
Tes grandes visions étranglaient ta parole
– Et l’Infini terrible effara ton oeil bleu !

III
– Et le Poète dit qu’aux rayons des étoiles
Tu viens chercher, la nuit, les fleurs que tu cueillis;
Et qu’il a vu sur l’eau, couchée en ses longs voiles,
La blanche Ophélia flotter, comme un grand lys.

 

Ofelia

I
En las aguas profundas que acunan las estrellas,
blanca y cándida, Ofelia flota como un gran lirio,
flota tan lentamente, recostada en sus velos…
cuando tocan a muerte en el bosque lejano.

Hace ya miles de años que la pálida Ofelia
pasa, fantasma blanco por el gran río negro;
más de mil años ya que su suave locura
murmura su tonada en el aire nocturno.

El viento, cual corola, sus senos acaricia
y despliega, acunado, su velamen azul;
los sauces temblorosos lloran contra sus hombros
y por su frente en sueños, la espadaña se pliega.

Los rizados nenúfares suspiran a su lado,
mientra ella despierta, en el dormido aliso,
un nido del que surge un mínimo temblor…
y un canto, en oros, cae del cielo misterioso.

II
¡Oh tristísima Ofelia, bella como la nieve,
muerta cuando eras niña, llevada por el río!
Y es que los fríos vientos que caen de Noruega
te habían susurrado la adusta libertad.

Y es que un arcano soplo, al blandir tu melena,
en tu mente traspuesta metió voces extrañas;
y es que tu corazón escuchaba el lamento
de la Naturaleza ––son de árboles y noches.

Y es que la voz del mar, como inmenso jadeo
rompió tu corazón manso y tierno de niña;
y es que un día de abril, un bello infante pálido,
un loco miserioso, a tus pies se sentó.

Cielo, Amor, Libertad: ¡qué sueño, oh pobre Loca! .
Te fundías en él como nieve en el fuego;
tus visiones, enormes, ahogaban tu palabra.
–Y el terrible Infinito espantó tu ojo azul .

III
Y el poeta nos dice que en la noche estrellada
vienes a recoger las flores que cortaste ,
y que ha visto en el agua, recostada en sus velos,
a la cándida Ofelia flotar, como un gran lis .

 

Fuente l Poemas en francés

 

Teu corpo real que dorme

É un frio no meu ser.

 

Fernando Pessoa

 

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